martes, mayo 01, 2012

Frase de cabecera

"Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá sea ésta la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen" Henry Ford.

lunes, octubre 31, 2011

Fábula de la liebre y la tortuga (Anónimo)

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia.

La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.

Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.

Pero la historia sigue: La liebre, decepcionada tras haber perdido, reflexionó y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.

Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se quedó sin saber qué hacer, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.

Pero la historia aún no termina: El tiempo pasó y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor. La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos…y obtenemos mejores resultados.



Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia.

La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.

Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.

Pero la historia sigue: La liebre, decepcionada tras haber perdido, reflexionó y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.

Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se quedó sin saber qué hacer, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.

Pero la historia aún no termina: El tiempo pasó y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor. La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos…y obtenemos mejores resultados.

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miércoles, octubre 19, 2011

Mi encuentro con la formación de usuarios

Para entrar en tema, acerco una definición de lo que se considera es la formación de usuarios:

Conjunto de actividades que desarrolla el bibliotecario para transmitir al usuario un conocimiento específico sobre el funcionamiento, recursos y servicios de información en la biblioteca.

Leo esta definición y pienso; ¿tengo que hacer docencia? Uh!!, que problema, esto a mí, no me gusta, yo no soy docente. No estoy preparada para eso. La negativa inicial. Y más tarde comienzo a reflexionar, pero…, si cuando un usuario viene a la biblioteca; me hace una pregunta sobre el material que está buscando y comienzo a explicarle donde lo puede encontrar , como usarlo, estoy haciendo docencia. Eso me hace pensar que en cierto sentido, estoy haciendo formación de usuarios. Releo la definición, si, me acerco; pero no son actividades planificadas; surgen de la necesidad de un usuario puntual.

Vuelvo a buscar en mis apuntes y leo: competencias del bibliotecario en su rol de formador

Capacitación pedagógica

Capacidad didáctica

Manejo de herramientas informáticas

Compromiso con su profesión

Dispuesto a la socialización

Capacitación permanente

Empatía

Humildad

Algunas me parece que las tengo, pero en otras estoy medio floja. Y la humildad, autocrítica mediante, no es una de mis cualidades.

Sin embargo, parece ser que la formación de usuarios es parte de mi profesión, y de lo que si estoy absolutamente segura es que el compromiso lo tengo. Habrá que planificar, diseñar y ejecutar planes de formación para los usuarios. Estoy casi convencida que lo que me invade es el pánico escénico; no es lo mismo interactuar con una persona que pararse frente a 10, 15 o 20 y llevar adelante una clase. ¿Será que tengo miedo de que mis usuarios hagan conmigo lo mismo que yo hago con mis profesores? Y aquí debería hacer un mea culpa, porque la primera vez que conozco a un profe, lo observo y lo etiqueto, no sé si está bien o está mal, pero me resulta inevitable. Si se que me resulta útil para tomar lo que me parece bueno de cada clase y lo que es negativo no usarlo cuando me toque estar la frente de mi plan de formación de usuarios.

Otra vez recurro a mis apuntes: “la formación de usuarios es formar un usuario autónomo, crítico, selectivo y creativo de información, que el aprendizaje sea significativo, sea para toda la vida. Donde pueda desarrollarse en cualquier unidad de información o servicio de información. Sabiendo la importancia de los servicios de información y referencia, como la importancia de la información para el desarrollo de su vida”.

De acuerdo en casi todo, pero me voy a dedicar a formarlo hasta un punto donde no sea completamente autónomo, no sea cuestión que ya no me necesite y me termine quedando sin trabajo.

jueves, septiembre 22, 2011

SER RECONOCIDO (anónimo)

José trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día cerca de finalizar su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo, dejando sus herramientas sobre una mesa antes de entrar. De repente la puerta se cerró y quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchó, puesto que la mayoría de los trabajadores ya se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta.

Tras cinco horas en el refrigerador, pensó que moriría congelado. De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató.

Conocido el incidente, le preguntaron al guardia cómo se le ocurrió abrir ésa puerta si no era parte de su rutina de trabajo.

Él explicó: llevo trabajando en esta empresa 35 años y cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es uno de los pocos que me saluda en la mañana y se despide en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo “hola” a la entrada, pero nunca escuché el “hasta mañana”. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí y viendo que se había cumplido hacía mucho su hora de salida, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que fui a buscarlo y lo encontré.

FRASES Y PENSAMIENTOS - 09.11
Boletín Electrónico

Año 5. Jueves 1 de septiembre de 2011
Sitio Web: http://www.frasesypensamientos.com.ar Correo: webmaster@frasesypensamientos.com.ar Facebook: http://www.facebook.com/pages/Frases-y-Pensamientos/239021749027
Responsable: Leonardo Lucchetti

lunes, agosto 22, 2011

fuente: rincondelbibliotecario.blogspot.com

Ray Bradbury stand up: el humor de un "marciano"


Por: Patricia Rodón

Personaje complejo, Bradbury es un hombre simpático y a lo largo de su carrera como escritor ha dado miles de entrevistas en las que ha hecho gala de su singular sentido del humor. El autor de "Farenheit 451" hace gala de su ironía en estas citas tomadas de sus obras, textos y entrevistas.

Próximo a cumplir 91 años, Ray Bradbury es uno de los grandes maestros de la ciencia ficción, cuyas imaginativas novelas y cuentos lo transformaron también en un autor popular aun entre los lectores que no frecuentan este género.

Autodidacta, Bradbury (Illinois, Estados Unidos, 22 de agosto de 1920) es autor de Crónicas marcianas (1950), El hombre ilustrado (1951), Fahrenheit 451 (1953) y El vino del estío (1957), entre otras obras.

También ensayista y poeta, entre sus temas destacan, desde la perspectiva de las antiutopías, la censura, el racismo, la dependencia de la tecnología y de las máquinas, el miedo al otro y la angustia ante la amenaza bélica; asimismo, se adentra en el reino de lo fantástico y maravilloso en obras como El país de octubre, o en el realismo como en Las doradas manzanas del sol, en los que campea el lirismo.

Personaje complejo, Bradbury es un hombre simpático y a lo largo de su carrera como escritor ha dado miles de entrevistas en las que ha hecho gala de su singular sentido del humor.

Aquí, algunos de sus chistes “marcianos”:

“Dios debe de amarnos principalmente porque le causamos gracia”.

“La locura es relativa. Depende de quién te haya encerrado en la jaula”.

“Cuando la gente me pregunta de dónde obtengo la imaginación, simplemente me lamento: Dios, aquí y allá, hace un llamado a la locura”.

“Nunca he escuchado a quienes criticaron mi gusto por los viajes espaciales. Cuando esto ocurre, empaco mis dinosaurios y salgo de la habitación”.


"Hay peores cosas que quemar libros, una de ellas es no leerlos”

"Hay sólo dos cosas con las que uno se puede acostar: una persona y un libro”

"Sin bibliotecas, ¿que nos quedaría?; no tendríamos pasado ni futuro”.

“Usted no tiene que quemar libros para destruir una cultura. Sólo tiene que lograr que la gente deje de leerlos”.

“Los maestros están para inspirar, los bibliotecarios para cumplir”.

“A Asimov uno podría llamarlo una corneja pero no sería correcto. Isaac está en el negocio que mueve montañas, pero no las mueve, sino que come de ellas”.

“Las amebas no pecan. Se reproducen por división celular. No desean la mujer del prójimo ni se matan entre sí. Añádales a las amebas sexo, piernas y brazos y tendrá usted crímenes y adulterios”.

“¿Por qué clonar personas cuando se puede ir a la cama con ellas y hacer un bebé?”

“Continuamos siendo imperfectos, peligrosos y terribles, y también maravillosos y fantásticos. Pero estamos aprendiendo a cambiar”.

“Rodéense de personas que los quieran, y si no los quieren, échenlas”.

“No entiendo todo esto sobre las computadoras e Internet. ¿Quién quiere estar en contacto con toda esa gente? ¿Con quién quieres hablar? ¿Con todos esos imbéciles que están viviendo en todo el mundo en algún lugar? No quiero ni hablar con ellos en mi casa”.

“Más grande o más joven, el hombre gusta de jugar con juguetes. Internet y las computadoras son juguetes”.

“Cualquier cosa es buena si da resultado. Soy un verdadero pragmatista”.

“El trabajo cansa. Eso prueba que el hombre no está hecho para trabajar”.

“La vida es probar las cosas para ver si funcionan”.

“Si te gusta la vida, no es difícil mantener el sentido de la maravilla”.

“Yo no hablo de las cosas, señor. Yo hablo del sentido de las cosas”.

"Siempre pensé que uno muere todos los días y que los días son como cajones. En cada uno de esos días hay un yo diferente. Alguien a quien no conoces, o no comprendes, o no quieres comprender".

“La digresión es alma del ingenio. Tome los apartes filosóficos de Dante, Milton o el fantasma del padre de Hamlet y lo que queda son huesos secos”.

"Somos una imposibilidad en un universo imposible”.

“No estaba prediciendo el futuro, estaba intentando prevenirlo”.

“Los viajes al espacio nos harán inmortales”.

“Toca a un científico y toca a un niño”.

“La muerte quiere muerte. Se muere mejor si se sabe que a otros les pasa lo mismo. Es bueno oír que no se está solo en la tumba. Soy el guardián de ese resentimiento colectivo”.

“La vida termina como el resplandor de un film, una chispa en la pantalla”.

"Uno debe inventarse a sí mismo todos los días y no sentarse a ver cómo el mundo pasa allí adelante, sin que uno participe”.

“Si no te gusta lo que estás haciendo, entonces no lo hagas”.

“Bill, no lo hago con Windows”.

“La televisión, esa bestia insidiosa, esa medusa que convierte en piedra a millones de personas todas las noches mirándola fijamente, esa sirena que llama y canta, que promete mucho y que en realidad da muy poco”.

"La biblioteca, por otro lado, no tiene límites. La información está ahí para que la interpretes. No hay nadie que te diga qué pensar, que te diga si eres bueno o no. Lo descubres por ti mismo”.

“La ciencia no es más que una investigación de un milagro que no se puede explicar y el arte es una interpretación de ese milagro”.

“La ciencia ficción es la literatura más importante en la historia del mundo porque es la historia de las ideas. La historia de nuestra civilización comenzó así. La ciencia ficción es fundamental para que todo lo que hemos hecho y las personas que se burlan de los escritores de ciencia ficción no saben de lo que están hablando”.

“Todo lo que sueño es una ficción y todo lo que logramos es la ciencia. La historia de la humanidad no es más que ciencia ficción”.

“La cantidad produce calidad. Si sólo escribes unas cuantas cosas, estás condenado”.

“Si no se puede leer y escribir, no se puede pensar. Los pensamientos se dispersan si no se sabe leer y escribir. Tienes que ser capaz de observar tus pensamientos en el papel y descubrir lo tonto que eres”.

domingo, agosto 21, 2011

¡Cuidado con la Lobomanía!

Miguel Longarini (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Cuando niño, me contaron una fábula en la que había un pastorcito de ovejas, que siempre engañaba a sus padres diciendo que venía el Lobo a comerlos, pero la realidad era que el Lobo no venía nunca y, fue así que luego de varios falsos alertas -el pastorcito- fue creando desconfianza hasta lograr que le restaran importancia a sus avisos y no se lo escuchó más. Eso fue así, hasta que llegó el día en que el Lobo vino de verdad, y el pobre niño, termina su historia abatido sin que nadie acudiera en su salvación. Aquí cabría poner que el Lobo se comió a todas las ovejitas y de postre a él, para luego finalizar con: Colorín “Colorado” este cuento se ha acabado. (lo de pensar que “El Colo peronista” podría ser uno de los Lobos) corre por cuenta de cada lector.

En mi etapa de traspasados los cincuenta, ya no me motivan los cuentitos por más bien contados que me lo ofrezcan. Es decir, que todos los Lobos que a diario me inventan, sé de dónde vienen y para qué. Me hacen pensar que quién me miente es el mismísimo Lobo, que con su astucia, miedo mediante y fabuladores multimediáticos en colaboración, preparan el terreno para el gran festín de comernos hasta el alma.

Me preocupa la Lobo manía, por ejemplo esto de asustar con la escasez de la carne y el dinero, la del combustible cada vez mas costoso y muy demandado…Es que se anuncia malaria en medio de un panorama de real y hasta grosera abundancia para los sectores medios y altos, palpable para quién sin miedo al Lobo, puede apreciarlo de saber vivir nomás. Me sorprende la gente que se supone, debe haber enloquecido endeudándose para vacacionar, comprar autos y 4x4 de muy buen valor, motos, bicis, plasmas de mil pulgadas, aviones que salen llenos, viajes al extranjero, aumentos en las ventas de los Shopping, electrodomésticos y hasta el derrame de tanta suntuosidad para algunos negritos que, se sentencia, no deben tenerlas, por ser negros nomás. Tal vez esta locura de consumo con inflación producida, estimo, por los viejos Lobos, haya provocado un desequilibrio emocional y, antes de que el abismo los venga a llevar, los desahuciados medio clases, piensan en terminar sus vidas llenos de deudas. Insisto con este punto, considerando que las noticias son que no hay un mango ni para ayudar a dar vuelta la tortilla… Quiere decir que tanto movimiento se hace sin dinero y aguante quién aguante…

A cuidarse mis pares –seres humanos bien nacidos de tanto depredador suelto, lanzado al llano político con cartel de corderito…

Tal vez, de tanto miedo puede suceder que pueda estar pasando algo parecido a una epidemia de ceguera colectiva como nos habla Saramago (1) en “Ensayo para Ciegos” (2): Creo que No nos quedamos ciegos, creo estamos ciegos: Ciegos que ven. Ciegos que, viendo, NO VEN.

Notas:
1) José Saramago http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Saramago
2) Ensayo sobre la Ceguera http://es.wikipedia.org/wiki/Ensayo_sobre_la_ceguera

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domingo, julio 03, 2011

Anécdotas literarias

Si son auténticas o no, o si ocurrieron tal como se transmiten (en el mismo escenario, entre las mismas personas, con las mismas palabras) no lo sabremos –probablemente– nunca.

Lo cierto es que, míticas o no, las anécdotas literarias (las anécdotas con escritores) son interesantes de leer y a veces, incluso, arrojan una que otra verdad o reflexión memorable. Veamos algunas de las que circulan:

Escribir para saber
Le preguntaron al escritor estadounidense Saul Bellow cómo se sentía después de ganar, en 1976, el Premio Nobel de Literatura. “No lo sé –respondió–. Aún no escribí sobre eso”.

El vicio todo lo puede…
En 1942, durante el sitio de los nazis a Leningrado, el brillante teórico de la literatura Mijail Bajtin –fumador empedernido, tomado por el vicio– usó todas las páginas de un manuscrito para enrollar el tabaco y armar cigarrillos. ¿La obra perdida para siempre? Un libro sobre novelas de aprendizaje, que luego nunca reescribió.

Hombres de pocas palabras
Víctor Hugo, de vacaciones, estaba ansioso por saber la suerte que estaba corriendo la publicación de Los miserables, así que escribió a su editor esta sugestiva mivisa: "?". El editor le respondió: "!", y de este modo participaron del intercambio epistolar más breve de la historia.

Entredicho transatlántico
Los padres de Pío Baroja tenían una panadería y no les sobraba el dinero. Sabiendo esto, Rubén Darío, malicioso, definió así sus habilidades artísticas: "Es un escritor con mucha miga, se nota que es panadero". La respuesta de Baroja, en el mismo tono, no se hizo esperar: "Rubén Darío es un escritor de buena pluma: se nota que es indio".

Ironías borgeanas por tres
Borges firma ejemplares en una librería del centro porteño. Un joven se acerca con Ficciones bajo el brazo y le dice: "Maestro, usted es inmortal". Borges le contesta: "Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista".

Lo invitan a Borges a un gran congreso internacional de psicoanalistas y psiquiatras en los Estados Unidos, a fines de la década del 60. Es el único escritor en el encuentro y le preguntan: “Maestro, ¿cómo se siente al ser el único escritor entre tantos psicoanalistas?”. Borges mira cómplice a María Kodama y se pone a reír: “En realidad estoy entre mis pares, ¿no es acaso el psicoanálisis una rama de la literatura fantástica?”.

Mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje. Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar. El estudiante insiste: "Tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna: "No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio". El estudiante amenaza con cortar la luz. "He tomado la precaución", retruca Borges, "de ser ciego esperando este momento".

Boletín de LibrosEnRed Nº 125

28 de junio de 2011